El mantenimiento de las chimeneas de leña es fundamental para asegurar su funcionamiento seguro y eficiente durante los meses fríos. Aquí te dejamos algunos consejos esenciales para el cuidado de tu chimenea:

Limpieza del conducto: Antes de encender la chimenea por primera vez en la temporada, asegúrate de que el conducto de humos esté completamente limpio. Esto evitará acumulaciones de de hollín , el cual que puede provocar incendios y mala extracción de humos. Existen útiles para el deshollinado, troncos deshollinadores y profesionales especializados en este tipo de trabajos

Inspección profesional: Es recomendable contratar a un profesional para que revise la chimenea una vez al año. Ellos pueden identificar problemas estructurales, verificar el estado del revestimiento y asegurarse de que no haya obstrucciones.

Verificación del tiro: No olvide verificar el estado del tiro y el conducto de humos, asegurándose de que estén libres de obstrucciones como nidos de aves o residuos. Un tiro obstruido puede causar que el humo retroceda hacia el interior de la casa, lo que representa un peligro para la salud.

Revisión de la chimenea: es fundamental verificar que las juntas y el sellado estén en buenas condiciones para evitar fugas de humo dentro de la casa

Almacenamiento de leña: Guarda la leña en un lugar seco y bien ventilado. La madera húmeda produce más humo y hollín, lo que puede ser perjudicial para la chimenea.

Uso adecuado: Utiliza sólo leña seca y bien curada. Evita quemar residuos, plásticos u otros materiales no adecuados, ya que pueden dañar la chimenea y liberar toxinas.

 

Siguiendo estos pasos, no solo prolongarás la vida útil de tu chimenea, sino que también disfrutarás de un hogar cálido y seguro durante todo el invierno.